¿Te sientes mal, abatida, desilusionada? ¿Estás pasando un periodo de crisis o conflicto?
La sociedad exige a las mujeres cosas muy distintas que a los hombres. Desde niñas aprendemos a ser sumisas, estar calladitas, ser buenas cuidadoras, ser las madres perfectas, las amigas perfectas, las parejas perfectas,… Sin olvidarnos de tener una imagen corporal estupenda, ser encantadoras y tener un buen trabajo… Todo ello acaba generando presiones y malestares, incluso depresiones a muchas mujeres.
Healthy Minds te ofrece un tratamiento psicológico especializado en analizar lo que te pasa por ser mujer. Podrás revisar tus ideas y tus emociones, tu vida cotidiana y las relaciones importantes para ti. Juntas cuestionaremos y cambiarás todo aquello que te impide sentirte dueña de tu vida y de tus decisiones, se abrirán tus horizontes hacia nuevas perspectivas.
El abuso narcisista es una forma de maltrato psicológico ejercido por personas con trastorno de personalidad narcisista, caracterizado por manipulación, control y la búsqueda de admiración constante.
Los narcisistas utilizan diversas estrategias para controlar a sus víctimas, como el gaslighting (hacerles dudar de su propia realidad), la manipulación emocional y la idealización-devaluación.
Síntomas:
Algunas señales que indican que puedes estar viviendo o que hayas vivido una relación de abuso emocional:
Proyección: el abusador arroja todos sus problemas a la víctima donde esgrime sus culpas trasladándoselas a la víctima, la cual deberá hacerse cargo de lo que no le pertenece, creyendo que es su responsabilidad.
Mentiras: el abusador narcisista empleara las mentiras para engatusar y atrapar a su víctima con la finalidad de conseguir sus propios objetivos.
Abuso emocional: el abusador tiene una amplia gama de formas de abusar o atrapar a su víctima: manipulación, culpa, invalidación, intimidación, amenazas, avergonzarla, castigarla, usar el sarcasmo, o la ridiculización entre otras.
No se responsabilizan de sus errores: culpan a los demás de los fallos que se han dado en las situaciones. Ellos nunca tienen la culpa de nada, logran hacer sentir la responsabilidad de la culpa en la otra persona e incluso que les pidan perdón, cuando en verdad han sido ellos los culpables.
En mujeres se refiere a las consecuencias emocionales y psicológicas que resultan de experiencias de abandono, tanto físicas como emocionales, durante la infancia. Estas experiencias pueden generar dificultades en la autoestima, relaciones interpersonales y estabilidad emocional a lo largo de la vida adulta.
Algunos síntomas específicos:
Miedo al rechazo: Un temor constante a ser abandonadas o rechazadas, lo que puede llevar a evitar situaciones sociales o relaciones íntimas.
Dependencia emocional: Una necesidad excesiva de aprobación y validación por parte de los demás, buscando en otros la seguridad y el afecto que no se sienten capaces de encontrar en sí mismas.
Baja autoestima: Sentimientos de no ser lo suficientemente buenas o valiosas, lo que puede llevar a la autocrítica y a la búsqueda constante de validación externa.
Dificultades en las relaciones: Patrones de relación poco saludables, como la evitación de la intimidad o la búsqueda constante de relaciones conflictivas, o patrones de autosabotaje que impiden el desarrollo de relaciones estables.
¿Sufres mucho por todo y por todos/as los que están a tu a alrededor? ¿Estás constantemente anticipando catástrofes y crees que van a suceder? ¿Sientes que estás en un constante peligro tu y/o las personas que están a tu alrededor?
Si al leer estas preguntas tu respuesta es afirmativa, es posible que padezcas ansiedad generalizada.
Parece que está normalizado ser "sufridor" pero la realidad es que es un "sin vivir".
Mantenerte en este estado de alerta constante está haciendo que no disfrutes de las cosas que están pasando a tu alrededor y es una pena.
Puedes aprender a relacionarte con tu entorno de una manera más positiva y volver a encontrar la paz interior que buscas.
¿CUÁNDO ACUDIR A TERAPIA?
¿Te sientes bloqueada? ¿Sientes que estás pasando por la vida en vez de vivirla con la intensidad que te gustaría? ¿No acabas de sentirte bien contigo misma?
Si la respuesta a estas preguntas es Sí, ya son un gran motivo para invertir tiempo en ti misma y empezar en terapia.
No es necesario que esperes a tener un trastorno emocional para acudir a sesiones de terapia. El simple hecho de querer conocerte mejor, tener mejor autoestima o aprender herramientas que te ayuden a relacionarte mejor con los demás ya sería un motivo de peso para trabajar en terapia en tu crecimiento personal.